Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
No está a la altura de la herencia dejada por Indiana Jones y la última cruzada.
La película en si no está mal. Algo más de dos horas que pasan entretenidas delante del espectador. Pero la producción y el director han caído en los típicos y previsibles errores de cualquier película de aventuras secuela de otras: como no creían que fuera a superar a las anteriores en guión, pues meten dentro todos los efectos especiales que quepan.
Se da la paradoja de tener los mejores efectos especiales que se puedan pagar (pero innecesarios para la trama) y al tiempo, no se gastan nada en caracterizar al doble de Harrison Ford en una escena de persecución en moto: el pelo más claro, la chaqueta no de la tonalidad adecuada y de los planos frontales de la escena ni hablamos.
Por momentos demasiado parecida a "El regreso de la momia", la película debería pasar sin pena ni gloria por nuestra mente.
No está a la altura de la herencia dejada por Indiana Jones y la última cruzada.
La película en si no está mal. Algo más de dos horas que pasan entretenidas delante del espectador. Pero la producción y el director han caído en los típicos y previsibles errores de cualquier película de aventuras secuela de otras: como no creían que fuera a superar a las anteriores en guión, pues meten dentro todos los efectos especiales que quepan.
Se da la paradoja de tener los mejores efectos especiales que se puedan pagar (pero innecesarios para la trama) y al tiempo, no se gastan nada en caracterizar al doble de Harrison Ford en una escena de persecución en moto: el pelo más claro, la chaqueta no de la tonalidad adecuada y de los planos frontales de la escena ni hablamos.
Por momentos demasiado parecida a "El regreso de la momia", la película debería pasar sin pena ni gloria por nuestra mente.
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