lunes, 29 de agosto de 2016
Star Trek Más Allá
La nueva entrega de Star Trek sin JJ Abrams en la dirección (aunque sí en la producción), es sin duda la más floja de las tres realizadas. Mal homenaje a las dos personas a las que está dedicada, Leonard Nimoy y Anton Yelchin.
La película pasa deprisa (no se hace pesada). Comienza con un J. T. Kirk que sufre la crisis de los treinta o cuarenta (quién sabe los años en el espacio). Se da cuenta de que ha tocado un techo más alto que su padre con su edad y... y hay que destruir algo para que se sienta bien.
En concreto, desde una inestable nebulosa espacial (¿hay alguna que sea estable?) surge una curiosa y misteriosa llamada de emergencia (¿kobayashi maru? no, no va por ahí).
Ahí comienza la acción y un estúpido intento por mantener un misterio que no es ni grande ni necesario mantener para la consecución de la película. ¿Quién es el malo? Da igual; o montas mejor el guión o símplemente déjalo en que es un malo muy malo, que acojona porque es malo, la tiene tomada con la Federación de Planetas, tiene un ejército muy potente y ya.
Además, el misterio del malo es como el Guadiana, a veces va y a veces desaparece, para regresar al final de la película sin que sirva para nada. Tan inútil como, no sé, llevar una motocicleta en una nave estelar.
¿Cómo ganan? No es una pregunta retórica, es una pregunta. Sí, sé lo que hacen para ganar; lo que no sé es porqué funciona. (No es un spoiler, es Star Trek y peli de Hollywood, qué se puede esperar).
El personaje de la rubia extraterrestre es un personaje infrautilizado a pesar de todo. Ingeniera autodidacta, altruista interestelar a tiempo completo. Su presentación en la película también cojea. Su historia y orígenes son pasados por encima; mal.
La película no se hace pesada pero no es redonda ni por asomo.
El único "spoiler" que voy a hacer: Con esta peli, J. T. lleva una media de 1,3 naves bajo su mando destruidas. Sí, más de una por película. Echa cuentas.
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