Película bastante aceptable, con brillante humor británico. Narra los hechos reales (nunca mejor dicho) que le sucedieron a la familia real británica en el período previo a la guerra mundial.
El heredero a la corona, Eduardo VIII, es un joven despreocupado de parte de sus obligaciones. Su hermano, el que será Jorge VI, es, sin empbargo, más comprometido pero tiene un gran problema, es tartamudo. De hecho, es incapaz de pronunciar la letra k (insustituible en su propio cargo de rey).
Conocidos los hechos históricos, la película trata la relación entre el futuro monarca y el terapéuta que le ayuda durante gran parte de su vida desde que lo conoce, poco antes de llegar al trono.
La película resulta interesante y agradable. Me parece recomendable, bastante recomendable.
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